miércoles, 7 de agosto de 2013

NUESTRO COMENTARIO SOBRE LA OBRA

Primero consideramos que es necesario brindar un poco de información acerca de la obra.
Su autor es Sófocles, escritor del siglo V antes de Cristo, quizás el mejor de los tres principales creadores de tragedias en la Antigua Grecia.
Su estructura, es la típica de obra teatral:
- Prólogo: diálogo entre Ismene y Antígona.  Presenta el conflicto y pone al tanto sobre las situaciones anteriores con Edipo y de la situación con los hermanos.
- Párodos: primera entrada del Coro. Contrasta el conflicto de leyes humanas contra leyes divinas. Anuncia la llegada de Creonte.
- Estásimos: intervenciones del coro entre cada episodio.  Permite evaluar las acciones, opinar. Entrada y salida de los personajes. 
- Episodios: secuencia de acciones. Principalmente la Confrontación de Antígona con Creonte, hasta que éste último reconoce sus errores.
- Éxodo: canto final del coro.  Presenta un llamado a la reflexión sobre las acciones.  Hay un llamado a la prudencia (mesura) como base de la felicidad.  

Ahora bien, la historia nos pone ante un profundo dilema moral: ¿Qué elegir: la lealtad a la familia o la opinión social?
En la mitología griega, Antígona es hija de Edipo y Yocasta (reyes de Tebas) y hermana de Ismene, Eteocles y Polinices.
Cuando muere Edipo, sus dos hijos varones se turnarían en el trono de Tebas, pero lucharon por el poder y Eteocles se mantuvo en el trono sin dejar gobernar a su hermano Polinices. Finalmente, se mataron mutuamente; Polinices es castigado mientras que el otro es enterrado dignamente.
Antígona es una mujer verdaderamente noble, dramática, valiente, transgresora, sensible, capaz de oponerse al poder y revolucionaria. Es una defensora de la ley natural, apegada a su hermano Polinices al cual le quiere dar honras fúnebres (para los griegos eran muy importantes estos ritos, puesto que si alguien no era enterrado dignamente, se decía que su alma vagaría por la tierra eternamente); mientras que Creonte es defensor de las leyes de la ciudad que, al ser desobedecidas debe recibir el castigo considerado correspondiente.
Entonces, la obra es un enfrentamiento de gran dramatismo constante entre dos personajes: Antígona y Creonte.
La figura de Antígona ha llegado hasta nosotros como símbolo de lealtad y de amor fraternal, así como también de valentía al defender sus intereses sublevándose al poder sin ceder ante la presión social, y sabiendo que sus actos podrían llevarla a la muerte. Ella consideraba que morir defendiendo a los suyos era morir dignamente.
Creonte, rey de Tebas, al contrario, cree siempre tener la razón. Es un hombre soberbio que no piensa en las consecuencias que puede traerle esa decisión, corresponde al héroe trágico de la novela.


Pero, hay dos concepciones de la justicia que entran en disputa: por un lado se sitúan las leyes del Estado, de la ciudad, que persiguen el mantenimiento del orden; en el otro, las normas religiosas, las leyes eternas dictadas por los dioses.
Antígona dice llevarse por las leyes divinas, y no cree que ningún mortal pueda tener tanto poder para negarle a otro su sepultura. Creonte, defensor de la ley del Estado, cree tener la razón ya que Polinices ha luchado contra Tebas, su ciudad natal. 
Antígona atenta contra el poder, el Estado griego, mientras que Creonte, hombre soberbio, al que el poder no le deja ver más allá, no obtiene ningún beneficio en la putrefacción del cadáver de Polinice, excepto su propio disfrute. Como consecuencia de dicha soberbia, su esposa Eurídice y Hemón, su hijo y heredero, murieron. Creonte se da cuenta de su grave error.

Para más información ver la sección “Antígona, una Tragedia”.

Lo que nos gustaría a nosotros es generar un debate en el blog, a cerca de este tema. Entonces… ¿quién tiene la razón, Antígona o Creonte? Consideramos que eso depende de cada lector, de su cultura, de su educación, así como también de su creencia religiosa y de la época histórica en la que se encuentre.
A nuestro entender, Creonte actuó mal, no estamos de acuerdo con sus actitudes autoritarias y consideramos que ningún ser humano tiene el suficiente poder como para decidir sobre el entierro de otro mortal. Era una época enormemente religiosa y Creonte obra contra la decisión de los dioses y lo utiliza como castigo para otros.

Para concluir, Antígona es una obra que nos hace reflexionar, nos deja pensando acerca de temas que aún pueden verse en la actualidad como la muerte, la “guerra” entre hermanos, la familia, el amor (tanto filial como erótico), la lealtad a la familia, el defender la ideología propia, etc. Es un clásico que constituye una riqueza para quienes lo han leído, y una aún mayor, para aquellos que se reservan la suerte de leerlo.


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